Balance de Pérdidas y Ganancias 2020

«And the people went into their hide, they oh
From the start they didn’t know exactly why, why
Winter came and made it so all look alike, look alike
Underneath the grass would grow, aiming at the sky» The Curse, Agnes Obel

Hemos cambiado. Ya no somos los mismos de hace 12 meses, ni tan siquiera de hace 9. Desde que nos escondimos en nuestras casas, sin saber muy bien por qué, huyendo de qué. 

Y así llega el invierno, se acaba el año, hacemos balance, una vez más.

Veo en muchos otros ojos el dolor de la pérdida, ojos que no quieren mirar atrás para no encontrarse con marzo y abril. Otros caímos en junio, en nuestro pozo lleno de murciélagos. Otros siguen cayendo, demasiado tiempo, demasiados cambios, demasiado largo ya… y en mi cabeza solo oigo instrumentos de cuerda, hermosa melodía para un funeral.

Te doy gracias DOLOR por haberme llenado hasta rebosar este año, porque gracias a ti he aprendido a llorar, a soltar, a dejar marchar. El dolor te dobla las piernas, y aunque te abraces el vientre no podrás sino vomitar todos los recuerdos de pasados que ya no volverán. El dolor te obliga a replegar, despedirte, descansar y, sobre todo, a revisar lo vivido hasta hoy.

La DESESPERACIÓN precedida por la incomprensión ha sido este año la mejor maestra, aquella que te lleva de la mano hasta el mismo borde de tu zona de confort y te obliga a mirar más allá para comprobar que no hay abismo, un paso más, un pequeño paso y el terreno es fuerte y llano… y sigue más allá de tus confines, avanza, con miedo quizás, pero avanza. Gracias a ti también por haberme colocado al punto en el que ahora me encuentro.

Gracias IRA, por ti soy ahora más fuerte. Te he sentido, pero cuando más me has enseñado es cuando has estado frente a mi, en otros ojos que me miraban con odio desmedido. Gracias porque justo en ese momento he aprendido lo que no quería ser jamás y me has convertido en una persona más paciente, me has enseñado a escuchar más, a no juzgar, a sentirme espejo en los demás.  Gracias ojos iracundos, nunca os olvidaré.

Pero, sobre todo, te doy las gracias MIEDO, gran protagonista de estos meses sórdidos y desangelados. Gracias por haberme puesto la mordaza todo este tiempo, gracias a ella que he sentido caer la venda de mis ojos, y con ella mis creencias limitantes, gracias miedo porque tanto tiempo conmigo me ha servido para saber que se puede seguir adelante a pesar de sentirte cada día entre los intestinos y el corazón. Sentí tanto miedo que lo gasté todo.

Te echo de menos, papá. Este año es el año de las abuelas y los abuelos, recordados más que nunca en todas las casas, añorados, queridos, valorados en 2020 como la joya preciada que sois. Los que ya no volverán o, simplemente, los que no pueden juntarse con sus nietos en los hogares, como antaño.

Me gustaría proponeros algo para la NOCHEVIEJA de 2020: Encendamos una vela en cada casa que nos acompañe durante la cena, en memoria de los abuelos y las abuelas que no podrán acompañarnos esa noche. Entremos en 2021 recordando a nuestros mayores, que sus lucecitas lleguen hasta el cielo, resplandezcan por todo este planeta nuestro que está sanando, como nosotros. Iluminemos el nuevo año en todos y cada uno de nuestros hogares con la luz de nuestros ancestros, los que forjaron las familias que somos, y dejemos que esa llama brille con fulgor en los ojos curiosos de nuestros pequeños, que se acerquen abuelas y abuelos, nietas y nietos, una vez más, en esa noche mágica, de despedidas sí, pero también de esperanza y amor.

2 comentarios sobre “Balance de Pérdidas y Ganancias 2020

  1. Hola Susana,
    he leído un poco tarde tu mensaje. Pero he de decirte que en nochevieja, en mi mesa, estuvo esa vela encendida. Una vela llena de Añoranza, Amor y Esperanza.
    Me encanta leerte. El paso que hace por las diferentes emociones creo que refleja la realidad de muchos, espero que todos salgamos reforzados y mejores personas. Un fuerte abrazo. Besos mil. GRACIAS.

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